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Relatos de azotes

Spanker de pago

Spanker de pago

Autor: Aimée González

Aquí estoy, mirando al espejo las marcas de mi trasero que desgraciadamente ya empiezan a desaparecer. La azotaina fue la semana pasada así que me he pasado toda la semana dándole largas a mi novio para que no se dé cuenta del estado de mi culo.

Me presento, me llamo Marta, 42 años divorciada con dos niñas, y actualmente salgo con un compañero de trabajo, mantenemos una bonita relación aunque yo necesito algo más, algo que no me atrevo a pedirle

Veréis, la semana pasada ojeando un periódico fui a parar a la página de contactos y me puse a cotillear y uno llamó poderosamente mi atención: Spanker profesional……..

Por supuesto no iba a llamar, quedar con un extraño para que me azote y encima pagarle, no estoy tan desesperada  ¿¿¿o sí??? Arranqué la hoja del peri y me la llevé y después de un millón de dudas y luchando conmigo misma para no llamar, al final me rendí e hice la llamada.

Quedamos una semana después en un hotel bastante alejado de mi casa, yo llegué primero, no quise ir vestida muy llamativa llevaba falda azul estrecha y camisa blanca y unos taconcitos no muy altos, discreta, no quería que pensara que era una cualquiera.

Llamaron a la puerta, miré el reloj, las 6 en punto, menuda puntualidad!! Mis piernas comenzaron a temblar y empecé a hiperventilar, no sé cómo pude llegar a la puerta, me sentía inmovilizada, me puse una sonrisa y abrí la puerta lo más natural posible.

¡Hola! dije mientras abría, y me quedé pasmá; No tendría  más de 32, o quizá menos, hubiera preferido que fuera mayor que yo, pero la verdad es que estaba como un queso!!!

Hola contestó soy Rafa, me zampó dos besos y entró en la habitación. Era un tipo alto, moreno, pelo rizado, aunque en lo primero que me fijé fue en sus manos, y sí, tenía manos de Spanker, traía una bolsa grande de deportes, le ofrecí una bebida del mini bar y comenzó a charlar,  se notaba que era un profesional, a los 10 minutos de una agradable conversación comencé a sentirme más relajada.

Se tomó el refresco, dejó el vaso sobre la mesa y se dirigió hacia la cama sentándose al filo de esta, me miro y me dijo con voz cálida “Ven aquí” tendiendo su mano hacía mí. Había llegado el momento, fui hacia él, tomó mi mano y me posicionó sobre sus rodillas. No podía creerlo, al fin estaba en esa postura tantas veces soñada

Entonces comenzó a azotarme sobre la falda, primero sobre un cachete, después en el otro, lo hacía rítmicamente, ni un azote era más fuerte que el otro, todos tenían la misma intensidad, que si al principio no parecían muy duros a los pocos minutos comenzaban a hacer su efecto.

El no hablaba, solo se limitaba a calentarme y de mi boca sólo salían leves gemiditos, el sonido de los cachetazos llenaban toda la habitación.

No sé cuánto tiempo llevaba ya en esa posición pero mis gemidos empezaron a convertirse en grititos, pero él seguía a lo suyo, parecía no cansarse nunca, aquello ya empezaba a quemar y entonces no pude evitar comenzar a moverme y a quejarme con más fuerza, ya no aguantaba más y me puse a patalear. llevé mi mano hacia atrás para proteger mi pobre culo,

-Para por favor, no puedo más,

Entonces paró, fui a levantarme pero no me dejó.

-¿Te he dicho que te levantes?

 Me preguntó con un tono muy severo

-No, pero…

-Pero nada, aquí mando yo,  si te digo que te levantes lo haces, sino te quedas como estas hasta que yo te de permiso, aquí hay unas reglas y las vas a cumplir todas,  a no ser que no quieras volver a sentarte. ¿Lo has entendido?

- Si, dije con una vocecita que no me salía del cuerpo

-Espero que sea así

Y siguió con su tarea durante al menos 10 minutos más, entonces paró y me dijo

- Ahora puedes levantarte

Me levanté despacito, lo primero que hice fue frotarme el trasero, no pude evitar que las lágrimas empezaran a correr por mi cara.

-Ponte ahí, ordenó

Me puse frente a él mientras intentaba ponerme la falda en su sitio.

El seguía sentado en la cama y entonces me dijo:

-Si quieres que nuestra relación prospere, más vale que la próxima vez no vengas vestida como una institutriz

Aquello me ofendió pero solo conteste;

-Vale

-¿Vale? ¿Esa es la respuesta de una niñata o de una señora?

-Lo que tu digas, la próxima vez vendré vestida de otra forma

-Aprendes rápido, así me gusta. Ahora quítate la falda

- No por favor Rafa, no puedo, la próxima vez, hoy no estoy preparada, de verdad que he tenido suficiente por hoy.

-Yo decido cuando es suficiente, gruñó, quítate la falda, obedéceme, si te la tengo que quitar yo va a ser peor.

Dudé entre quitármela o salir corriendo de la habitación, pero yo solita me había metido en ese lio, así que llegaría hasta el final, me la quité.

-Ahora las bragas

¡Glup!,¡¡Las bragas!! Estaba a punto de protestar de nuevo, pero con su mirada me lo dijo todo, no iba a dejar que me marchara sin acabar su trabajo.

Menuda situación, inexplicable la vergüenza que sentía, me las quité y tiré de mi blusa hacia abajo intentando cubrirme lo máximo posible.

-Date la vuelta,

Me giré y él se quedó observándome por un momento, era extraño, pero había olvidado completamente el dolor de mis nalgas.

-Ven aquí y abre la bolsa,

Se refería a la bolsa de deportes que traía y que había dejado al pie de la cama junto a él.

Me arrodillé y abrí la bolsa, me quedé sorprendida al ver su contenido,  estaba llena de instrumentos dedicados al spanking, los mismos que había visto tantas veces por internet.

-Busca el cepillo.

Rebusqué y allí estaba, de tamaño mediano y de madera.

- Dámelo

Dudé

- Obedéceme Marta

- Me levanté y balbuceando le dije: No creo que pueda soportar el…

No me dejó terminar, de un rápido tirón me volvió a situar sobre sus rodillas y empezó a pegarme otra vez.

- Me equivoqué, no aprendes rápido, corregirte me va a llevar más tiempo del que pensaba

Ahora ya no gemía, empecé a gritar, a patalear  a llorar de verdad y a suplicarle que parara

Pero él no sentía compasión, seguía zurrándome sin piedad, y como yo no paraba de moverme, me inmovilizó con sus piernas.

Esta vez me pegaba con fuerza y no podía moverme.  Si la primera vez no hablaba, ahora no paraba de reñirme, de decirme lo mal que me estaba portando y lo desobediente que era. Nunca pensé que aquello pudiera doler tanto, por supuesto no pude contar cuantos azotazos me dió pero seguro que no fueron menos de 200.

Entonces paró y me dijo:

- Los últimos 10 serán sobre tus muslos, por no hacer las cosas a la primera, ¿estás de acuerdo?

¡Qué  gracioso! como si pudiera escoger

- Si Rafa, lo que tu decidas

Y sin decir nada más me arreó 5 en cada muslo, uff , Auuuuu!!! Eso sí que dolía, hubiera preferido otros 20 en el trasero

Paró de nuevo y sentí como se inclinaba hacia la bolsa, me entró pánico, pensé que iba a seguir zurrándome con cualquiera de aquellos chismes que traía,

-¡¡NOOOO!!  Por favor no más, no más, e intenté escapar  de sus rodillas.

 -Tranquila, tranquila

Me susurró con la voz suave y cálida del principio,

-Solo es crema, te sentará bien

 Empezó a esparcirla y di un pequeño respingo  solo de sentir el frescor de la crema sobre mis nalgas tan calientes, parecía que estuviera  helada. Al fin pude dejar de llorar y comencé a relajarme, me hubiera quedado en esa posición para siempre y aunque el castigo había sido duro, no tenía ninguna duda que quería volver a repetirlo

Después de ese maravilloso masaje, me ayudó a levantarme y me sentó sobre su regazo, apoyé mi cabeza en su pecho y me beso en la cabeza, miles de sensaciones diferentes recorrían mi cuerpo,  levante la cabeza,  lo mire a los ojos, él me miró a mí y con su voz firme y cálida me preguntó:

-¿Vas a pagar con tarjeta o en efectivo?

 

Continuará...

 

 

6 comentarios

Fernando -

Me encanta muy bueno
A mi me gustaria q una chica me azote si hay alguna q me llame tel 636257531

Fer -

¿Para cuándo la continuación?

Héctor -

Un relato genial, que me ha hecho disfrutar de lo lindo. El final es para aplaudir.

Fer -

Magnífico relato, muchas gracias Aimée!

aimee -

Patty me alegro que te haya gustado, me hizo un descuentillo, con esto de la crisis, jejeje

Patty -

Muy buen relato!! Cuánto te cobró el spanker?? jeje. Un beso!