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Relatos de azotes

EL MEDIADOR

Autora: Ana K. Blanco 

Dedicado a mis inspiradores:

The Dark Phantom y el “Colo”

Los abogados suelen decir que a veces sus clientes se desnudan más frente a ellos que ante sus médicos, porque al abogado le muestran el alma, lo más íntimo, sus secretos más ocultos. Lo toman de confesor, le cuentan cosas que no se le dice a nadie más. Quizás ni siquiera al propio cura confesor. Eso le pasó a Jacinta Vargas, una señora joven, de unos 38 años, divorciada, con una hija, Daniela, de 16 años. Daniela representaba más edad por su cuerpo tan bien formado, y parecía más la hermana menor de la señora que su hija.            

El Doctor en Leyes Leonardo Matos recibió en su estudio a una mujer desesperada por la situación que estaba viviendo su hija. Al abogado le tomó bastante tiempo lograr que aquella madre le contara su tragedia. Comenzó por explicarle que ella era consciente que la niña despertaba pasiones con su voluptuoso cuerpo, pero esto ya era demasiado y tenía que hacer algo en forma inmediata.            

Daniela durante los meses de vacaciones, para tener su propio dinero y ayudar a su madre, trabajaba en un restaurante cuyo dueño, el señor Roldán, era un hombre cuarentón, casado y con hijos. Según le había contado la niña, este tipo la miraba y veía con ojos de lujuria, y muchas veces había intentado seducirla y habían llegado a tener relaciones íntimas. Aparentemente ahora que se acercaba el fin de la temporada, esta persona había dejado de tener interés en ella y había intentado despedirla sin más. No había aquí amor, sino la simple excitación y “calentura” del momento.            

La señora, muy compungida, contaba todo esto en medio de un mar de lágrimas y con el dolor lógico de una madre que sabe qué le han hecho a su única hija. Dolor, vergüenza, impotencia, deseos de justicia, eran sólo algunos de los sentimientos que expresaba con sus palabras y gestos.  El doctor Matos tenía una hija de más o menos esa edad e imaginó cuál sería su reacción si a su niña le sucediera algo similar. Su cabeza se llenó de palabras legales: corrupción de menores, violación, acoso sexual, coacción…  Necesitaba hablar con la niña antes de comenzar a tomar acciones a nivel judicial, así que le pidió a la señora Vargas que la llevara a su estudio al día siguiente.            

La “niña” medía un metro setenta y cinco y tenía más curvas que el circuito de Le Mans. El pelo negro y largo, lacio, brillante, enmarcaba un rostro de ángel con ojos marrones y pícaros. Estaba vestida como cualquier chica de su edad, pero no tenía el cuerpo de cualquier niña de su edad. La camiseta ajustada hacía resaltar su turgente busto, y la minifalda de jean hacía dudar si usaría ropa interior. Las piernas largas y torneadas sostenían una cola digna de una diosa griega. Luego de tragar saliva varias veces y apelar más veces a su profesionalismo, el abogado comenzó a interrogar a la muchacha.             

-Dime Daniela, ¿qué horario haces en el restaurante?           

-De once de la mañana a cuatro de la tarde de martes a jueves, y de seis de la tarde a once de la noche los viernes y sábados. Los domingos también trabajo de mañana y los lunes el restaurante cierra.           

-¿Qué horarios tiene el restaurante?           

-No entiendo qué tiene que ver eso con lo que me pasó.           

-Eres brillante niña –le dijo el abogado de forma halagadora – No tiene nada que ver, son solo preguntas para distendernos.

-¡Ah! Comprendo… de 11:30 a 14:30, y de 19:00 a 22: 30.           

-Bien, ahora… cuéntame qué tareas desempeñas allí, qué es lo que haces.           

-Pues barro y lavo los pisos, preparo las mesas para cuando llegan los clientes y ayudo en la cocina lavando o acercando los platos ya preparados a los que sirven las mesas.           

-Bien… ¿me cuentas quiénes trabajan en el restaurante?           

-Don Roldán y su familia: su esposa Teresa, sus cuatro hijos, y Patricia, la hermana de él. Es un restaurante pequeño, Teresa y su cuñada se encargan de la cocina, don Roldán hace las compras y se encarga del restaurante en general, y los hijos son los que sirven.           

-¿Ninguno de los hijos se ha propasado contigo?          

-Noooo –contestó con una sonrisa burlona- Son tres chicas y un varón. Juan es mi compañero de estudios, y sabe que no le doy ninguna chance de que me diga nada. Siempre que insistió, lo rechacé.           

-Daniela… debo hacerte unas preguntas más íntimas. Te ruego que me contestes sin pudores, con la mayor de las libertades y que seas sincera. Tómate tu tiempo pero contesta.           

-Sí señor… -dijo con una sonrisa que dejó en el abogado un cierto a sabor a… extrañeza.           

-¿En qué te basas para decir que  don Roldán se aprovechó de ti?           

-Porque… -bajó la cabeza y luego, levantándola apenas, le clavó una mirada con un contenido más de seducción que de vergüenza- él me hizo el amor.           

-¿Y tú se lo permitiste?           

-Es que… es que… me decía tantas palabras dulces, tantas cosas bonitas. Me decía que estaba enamorado de mí, que yo era hermosa, que me quería para él, que quería amarme cómo yo merecía ser amada…           

-¿Todo eso te decía? Vaya… Mira Daniela, no quiero avergonzarte. Cambiemos de tema por un momento, así tú puedes reponerte de esto que debe de ser muy difícil para ti…            

En realidad Daniela parecía más divertida que otra cosa. Parecía gozar del interrogatorio de Leonardo y no perdía oportunidad de mirarlo con ojos pícaros, de regalarle sonrisas descaradas y cruzarse de piernas más veces de las necesarias. El abogado era un hombre mayor, de más de 60 años, experimentado, sumamente ágil e inteligente, noble, decente y derecho… Algo no le estaba cerrando, pero llegaría a la verdad.            

-Dime Dani… ¿me permites llamarte así? Bien, dime… ¿en qué momentos se quedan solos tú y don Roldan?           

-Bueno… nunca –comenzó a ponerse nerviosa           

-¿Nunca? ¿Y cómo hizo él para decirte todo lo que te dijo?           

-Es que… me lo decía al pasar, cuando yo me lo cruzaba en algún sitio. A veces en la bodega, o en el depósito, entre las mesas del restaurante mientras yo trabajaba…            

-Claro, claro, tienes razón, no me había dado cuenta de que podía ser en esos momentos… -la niña sonrió con un gesto de victoria.           

-Pero… ¿y cuándo hicieron el amor? ¿En qué momento?           

-Fueee… un día… esteee… antes de que todos llegaran.            

-¿Antes de que todos llegaran? Pero… ¿a qué hora comienzan a cocinar en ese restaurante? Si tu entras de mañana a las once y de tarde a las seis… ¿cuándo preparan los alimentos? Si son dos personas, por muy rápidas que sean es imposible que tengan todo preparado en media hora o en una hora.           

-Es que… fue… esteee… fue un lunes. Es restaurante estaba cerrado. –se veía que la niña estaba inventando- Don Roldán nos citó sólo a limpiar a fondo…           

-¡Por supuesto! Qué tonto soy. Es verdad que el lunes no abren. Pero entonces… ¿qué hacías tú allí?           

-Don Roldán me invitó, me dijo que fuera de mañana, a las 8 y 30 de la mañana antes que llegara el resto y que lo pasaríamos muy bien. ¿Quiere que le cuente qué pasó y cómo pasó?           

-No, no es necesario. No quiero exponerte a tal vergüenza –le dijo el abogado con aire paternal.           

-No me molesta, está bien. Se lo aseguro –dijo la niña con total desparpajo.           

-Bien, me lo contarás, pero déjame hacerte otra pregunta, necesito saberlo para la denuncia penal, tú sabes… ¿qué día fue eso?           

-Fue… creo que…  el 24 de julio.           

-¿No recuerdas la fecha? –le preguntó mientras veía cómo la niña miraba de reojo el almanaque.           

-Sí… bueno, no con exactitud… sé que fue un lunes a fines de julio.                        

El paciente abogado se puso de pie. Caminó de un lado a otro con las manos en la espalda. Luego se sentó, se acomodó los lentes, se pasó la mano por su corto pelo canoso y le dijo:            

-Daniela… Es hora de mi medicamento. Voy por un vaso de agua y regreso enseguida. Ponte cómoda y espérame un momento por favor. ¿Quieres que te traiga un refresco u otra cosa?           

-No gracias, estoy bien.            

El doctor salió del escritorio y tardó un rato en regresar. Lo hizo junto a la madre de la niña que esperaba fuera. Se sentó en su escritorio con una sonrisa en los labios, pero eso no lo hizo perder su parsimonia habitual.            

-Daniela… debes estar cansada. Dejemos esto para pasado mañana. Vuelve con tu mamá y quizás comencemos con los primeros pasos legales.           

-Pero yo no estoy cansada.           

-Seguramente tú no, pero yo sí. Así que regresen pasado mañana, eh?           

-Por supuesto doctor, y gracias por todo –le dijo la señora Vargas.            

A la hora señalada aparecieron en el estudio jurídico madre e hija. El doctor las hizo pasar y todos tomaron asiento. Antes de comenzar a hablar, el abogado juntó las puntas de los dedos de sus manos, apoyó su cabeza en ellos y…            

-Señora Vargas… Daniela… ayer estuve con el señor Roldán en su restaurante -las mujeres se mostraron sorprendidas, pero la niña se puso fuera de sí.           

-¿Cómo? Pero… ¿cómo pudo ir a ver a ese hombre? ¿Por qué? Él es el malo, él es el que me dañó… usted no puede hacer algo así… -su voz denotaba nerviosismo, pero el sagaz abogado no dijo nada.           

-Daniela… yo le dí mi permiso al señor abogado para que hablara con el señor Roldán. Confío en el doctor, que también es mediador, y él lo creyó conveniente. Cálmate… Lo escuchamos doctor.            

Leonardo se puso de pie y con toda su calma comenzó a explicar las conclusiones a las que había llegado. La niña trabajaba en el restaurante muy pocas horas, y con toda la familia del hombre. No tenían tiempo físico para que Roldán hiciera lo que ella declaraba. También pensó que podría haberlo hecho en la privacidad de la bodega o el depósito, pero la bodega y los vinos estaban a la vista, en una habitación que se veía desde el restaurante, y el depósito estaba en la cocina y no tenía puerta. El día 24 de julio había sido feriado, y aunque la niña no había trabajado por ser su día libre, el restaurante igual había abierto. Daniela había estado todo el día con sus amigas, en el cine, en el shopping... El resto de los lunes de julio habían ido a visitar a los abuelos que vivían fuera de la ciudad, por lo que salían muy temprano en la mañana y regresaban por la noche…                       

-El señor Roldán me dijo varias cosas, entre ellas que él también tiene hijas de la edad de Daniela y que comprende su proceder señora. Daniela tiene una forma muy particular de mirar, tiene una mirada muy… digamos… pícara, y que cualquier hombre podría interpretar de una forma, digamos, equivocada. Pero el señor Roldán hizo caso omiso a las miradas e insinuaciones de Daniela. Y como prueba está dispuesto a hacerse cualquier tipo de exámen para demostrar que jamás ha tenido nada con ella. No tiene nada que ocultar. Y le creo. En cambio tú Daniela… has mentido y mucho.                        

Al verse descubierta Daniela bajó la vista por completo y trató de ocultarse bajo su enorme mata de pelo.            

-Daniela… ¡no es posible! ¿Otra vez? –le dijo la madre con mucho enojo. Leonardo la quedó mirando.           

-¿Cómo que “otra vez”? –le preguntó el asombrado abogado.           

-Sí doctor. Hace poco más de un año me peleé con mi familia porque hizo algo parecido con un pariente. Estoy harta de esto, así no puedo seguir viviendo.                       

Miró a Daniela y la agarró de los cabellos haciéndole echar la cabeza para atrás. El rostro de la jovencita reflejaba dolor y trataba de que su madre la soltara:            

-¿Sabes qué voy a hacer? Te voy a mandar internar con orden judicial, que un Juez se haga cargo de tí. Yo no puedo ni quiero seguir viviendo de esta forma, siempre metida en problemas por tu culpa… Pero no se preocupe doctor, que ahora cuando lleguemos a casa voy a “hablar” con ella.             

El gesto que hizo con la mano cuando dijo “hablar”, fue más que elocuente. Una azotaína era lo que recibiría la chica ese día. El veterano abogado sonrió.            

-Sra. Vargas… usted es su madre y yo no puedo meterme, pero… quizás no sea el método más adecuado.           

-Quizás doctor, pero le aseguro que es el único que ella entiende. Esta vez será la última que me meta en este tipo de problemas…           

-Repito señora: no creo que sea el método, pero usted es la madre y sabe qué es lo mejor para su hija.            

Se despidieron en la puerta del estudio y al marchar, oyó a la señora Vargas decirle por lo bajo:                        

-Ve preparándote porque te voy a dejar el culo como para remendar chupetes (mamilas, biberones, chupones). Zapatilla, cinto, vara… todo vas a tener… ¡¡y por más de un día!!... ya verás…            

Las amenazas se intercambiaban con leves empujones, y las palabras se fueron haciendo cada vez más lejanas hasta que dejaron de escucharse, al menos en los viejos oídos de Leonardo, que sonriendo se quedó imaginando la escena de esa madre azotando a su hija… y volvió a sonreír. 

Epílogo            

A la semana siguiente las dos mujeres regresaron al estudio. Cuando Leonardo las recibió las invitó a tomar asiento. La señora Vargas se sentó inmediatamente, pero Daniela se mantuvo en pie. La señora le comentó al doctor que había hablado finalmente con el señor Roldán, y que estaba todo aclarado.             

-…y Daniela está muy arrepentida de lo que hizo, ¿verdad mi amor? Creo que la “ayuda” que obtuvo por mi parte durante esta semana, le hizo comprender que no debe meterse con las personas mayores ni armar historias o fantasías que pudieran involucrar a gente decente en líos tan feos. ¿No es cierto que sientes mucho toda esta situación, que estás arrepentida y que entendiste todo mi amor?            

Daniela bajó la cabeza avergonzada, y asintió levemente. De forma instintiva llevó su mano derecha a la cola y se la refregó lo más disimuladamente que pudo. La señora Jacinta sabía cumplir con sus amenazas y Daniela lo tenía muy claro. 

El doctor en leyes Leonardo Matos, con esa sonrisa que lo caracterizaba, se echó para atrás en su enorme sillón. Había logrado cerrar un caso más usando sus dotes de mediador y sin llegar a los juzgados…

-- FIN -- 

14 comentarios

maby -

Buen relato!
Algo parecido no, pero una vez iba con una chica paseando y nos metimos en una galeria y yo usaba un vestido mas o menos corto..... me saco la tanga (me la corto con una tijerita en un costado para q salga mas rapido....) y fui paeando sin ropa interior ... ella tenia la tanga en la cartera y si yo decia algo o hacia algo que a ella no le gustara la iba a sacar diciendo q era mia y yo me moria de verguenza.... en el colectivo iba con las piernas bien juntas para que no se notara tanto, y la verdad me dio muchisima verguenza, mas que nada del solo hecho de pensar que ella podia sacar la tanga de la cartera en cualquier momento.....

Mar♥ -

muchas mas veces me ha hecho eso mi primo, y solo él, mis apdres nunca me pegaban, y si lo uvieran hecho no abria sido tan maleducada mimada y consentida, pero ueno mejor no lo uviesen hecho xq me abria enfadado cn ellos despues de pegarme, pero cn mi primo no me enfdaba, xq era demasiado uapo, y estaba enamorada de él, pero si k yo lloraba mucho xq me daba muy fuertte, iamginatte un chico de 15 años a una niña de 11, cuando os he contado lo de k me pelee cn mi primo pekeño y el nos astigo a los 2, el nos pego cn la misma fuerza a los 2, x eso jeremy lloraba mas k yo y mira k yo inundaba la casa xd...si me acuerdo ya os ire contado mas cosas de estas xd

Mar♥ -

Tambien me acuerdo 1 vez que nos cuidaba mi primo Justino ami y a su hermano jeremy, yo tenia 11 años y jeremy 5, estabamos viendo el tom y jerry y de repente justino desde su cuarto nos dijo k fueramos a la ducha y nos vayaramos kitando la ropa, pero nosotros no le icimos kaso. Al cabo del rato Justino vino y nos dijo k fueramos a la ducha de uno en uno y k nos pusieramos limpios, ami y a jeremy no keriamos ducharnos, pero teniamos k ahcerlo, la discusion comenzo en quien se duchaba primero, todo fue asi:
-jeremy te duchas tu primero y luego yo
-yo no kiero primero, mejor tu
-nono tu antes
-nooo tu

los dos eramos unos crios pekeños yo de 11 y el de 5 , yo llevava unos pantalones tejanos cortos y una camiseta rosa, y jeremy unos pantalones amarillos cortos y una camiseta roja. estuvimos mucho rato discutiendo y vino Justino a decirnos k nos decidiesemos pero no havia manera
empezamos a pelearnos, el me cojia de las coletas y yo a él lo empujaba y nos davamos patadas. Justino intentaba separarnos pero no podiamos, el no defendia a ninguno ni a su hermanito ni a su "niña consentida", todo el rato pelearnos sin parar tirandonos de los pelos, rebolcandonos x el suelo y Justino decia k parasemos ya pero no le escuchabamos, se sento en una silla cn las manos juntas esperando a k parasemos, el se sneto en una silla para esperar a k parasemos, el tenia mucha paciencia. pero llego el gran momento, de tanto pelearnos empuje a jeremy contra la paret y al estamparse muy fuerte mente contra la paret ejremy vino a mi corriendo cn lagrimas y me metio unmordisco muy grande en la mano aciendo k me slaiera sangre. Justino cojio a jeremy x los pantalones y mientras yo lloraba x mi mano , Justino le deba muy fuerte a jeremy y jeremy lloraba mucho, luego lo solto y le dijo a jeremy k se kitara ala ropa k le tocaba ducharse, pero yo no me libre. Justino me cojio de la cintura y me dio ami tambien azotes, muy pero k muy fuertes. yo le decia k havia empezado él, y él me decia k yale havia dado su merecido a su hermano, ahora me tocaba ami. despues de llorar yo mucho me solto y me dijo k me kitara la ropa, k NOS IVAMOS A DUCHAR JEREMY Y YO JUNTOS AL MISMO TIEMPO, ninguno antes k otro. Nos kitamos la ropa jeremy y yo llorando como magdalenas y al kitarnos toda la ropa pudimos experimentar k teniamos el culo super colorado. Justino nos aviso k no keria escuchar ni una keja mas, esas experiencias no me las kitare nunca de la cabeza, por k son muy dolorosas, las reucerdo como si fueran ayer.

Mar♥ -

Yo en los dibujos animados veia como davan azotes, y ami me dava garcia, pero jamas me inagine k fuera tan pero k tan doloroso, me dolieron mucho los azotes, llore como nunca, pero lo k me dolia mas era estar en las rodillas de mi primo llorando mientras el me hechaba la bronca......... a vosotros alguna vez os a pasado algo parecido?

Mar♥ -

Lo que me pasó ami cn mi primo Justino fue algo que va por camino... aun me duele las nalgadas que me dió aquel dia

Justino era un chico de 15 años, con una cara preciosa, piel blankita, pelo castaño claro y lo tenia de lado, ojos marrones cn miradas preciosas...el chico mas guapo que havia visto yo en mi vida. El tuvo muchas novias pero las dejaba rapido, y sabia tocar la guitarra y el piano.

yo siempre he sido rubbbia, de ojos azules, solia llevar falda casi siempre y el pelo suelto. Tenia 11 años recien cumplidos y estaba perdidamente enamorada de Justino, ademas yo era su consentida, siempre etaba con él y me tocaba canciones, tenia una voz muy preciosa. pero jamas me imagine lo que me izo.

Resulta que mis padres se tenian que ir a un sitio, y yo no tenia hermanos asi que me iva a quedar sola bastantes dias, asi que el se ofrecio a venir a verme para que iciese los deberes y que no estuviera completamente sola. Un día me quede a dormir en casa de una amiga, y no se lo avise, él se asustó muchisimo y como yo no tenia movil no me podia llamar. Y eso que vine al dia siguiente que era sabado a las 10 de la mañana, hacia mucho sol y yo venia cn mi mochila. Abri la puerta y subi al piso de arriva que havian unos cuadros que dibujaba mi padre y un sofa cn una tele, al subir estaba justino leyendo un libro. Subi con un poco de miedo, porque se me habia olvidado decirle que no iva a dormir en casa, y yo cn 11 años. Sin soltar el libro, ni levantarse, me dijo que me pusiera de cara a la paret y yo le ice caso, pero eso que le dije:

-Justino, enfadado?

él sin apartar la vista del libro dijo:
-Tu que crees
-Pero me perdonas esque no me di cuenta porque...
no me dejo terminar y me dijo:
-Shhh, callate, no tengo ganas de escuchar tus tonterias.
Él estaba muy serio, pero a la vez sexy , movia su pelo para un lado y se lo tocaba pero no apartaba la vista del libro, aveces me miraba.

yo me estaba aburriendo mirando a la paret y un poco avergonzada, y le dije:
-Justino me aburro, puedo sentarme cntigo?
-No
-Me tocas una cacion cn la guitarra?
-No
-jooooo, puedo...
-No mar, kedate hay, y no digas nada. ( me lo decia cn voz normal, sin chillar)
-joooooo joder Justino vaya mierdaa
-Shhh, mar ya esta bien

le di una patada a su guitarra y se levanto dejando el libro en la mesa, luego coji una piedra de decoracion k tenia mi madre y la tire, rompiendo uno de los cuadros k tenia mi padre, entonces Justino vino ami , con su mirada me miro como nunca nadie me abia mirado, una una mirada amenazadora, yo me asuste mucho cuando me cojio del brazo y me dirigio al armario, y alli cojio una chancla cn mucha suela.
-k aces a donde me llevas? Justino me haces pupa en el brazo
- mira mar no keria hacerlo pero tu as kerido, ya esta bien de ser una niña mimada.
no sabia a lo k se referia cn eso, pero me lo fui imaginando.
se sento en una silla y me tiro hacia sus rodillas.
-Justino no porfavor.
me miro cn la mirada de amaneza y no me dijo nada.
cojio la chancla y empezo a darme azotes, cada vez me daba mas fuerte y se notaba, cn esa suela me picaba en las nalgas y cuando yo keria hablar me dba mas fuerte. Me dolian , pero no lloré, me kede un rato en sus rodillas y finalmente me levanté, aunke me dolian bastante, luego me tiro del brazo al sofa y me agarre a la parte de arriva, cojio su cinturon ( k era de marca, toda la ropa y todo lo k el llevava era de marca siempre) y empezó a darme, no me bajo la falda ni las bragas pero me dolia bastante. Me daba y me dolia y haveces gritaba yo un poco pork me dolia, se me escapo alguna lagrima pero no lloré del todo. Justino me miro cn sus ojazos marrones, y no me decia nada, se hacercaba ami y se ponia las manos en la cintura como en tetera. Finalmente me cojio y se volvio a sentar en la silla, esta vez me subio la falda y me bajó las bragas, me dio azotes esta vez cn la mano, no me imagine k me doliera mas cn la mano k cn el cinturon, cn el conturon no me dio muy fuerte porque sabe k me podia romper el culo, cn la chancla me daba fuerte pero no muy rapido, aunke dolia igualmente, pero cn la mano abierta me empezo a dar azotes y cn su fuerza me hacia mucho mas daño, yo esta vez llore y mucho, porque él no paraba, yo no le decia nada porque sabia muy bien k no me hablaria. me daba muy fuerte y esta vez las nalgas se me ponian super coloradas, mas k cn la chancla y el cinturon ( pero eske esta vez no tenia ni falda ni bragas) me daba muy fuerte, pero k muy ferte y empece a llorar mucho, me agarre a su pierna y mis ojos estaban llenos de lagrimas, y cada vez k me daba me temblaba todo el cuerpo, jamas me imagine k Justino tenia tantisima fuerza, me dejo la marca de su mano puesta, se veia todo mi culete rosado y una mano en cada nalga. Cuando me dio unos 200 azotes ( sin exagerar) me dejo un rato en sus rodillas y yo lloraba y me dijo entonces:
- La proxima vez te acordaras de k tienes k avisar antes de irte a ningun lado y mas a dormir a otra casa.Mar, te lo mereces.
y me dio un azotes muy fuerte el mas fuerte de todos lo k me abia dado este era exajeradamente fuerte.
empece a llorar y a decirle k lo sentia, yo estaba enamorada de él pero me daba mucha verguenza estar cn el culo muy rojo en cima de sus rodillas, me ayudo a levantarme y cuando yo me subia las bragas y me ponia bien la falda llorando, mas k nunca, me dio un abrazo muy cariñoso, y un beso en la mejilla, y me acariziaba el pelo, y me hablaba:
-No vuelvas ha ahcer estas cosas vale? venga k me tenias muy preocupado, yo te kiero chikitina no dejaria k te pasara nada, eres la unia prima k tengo. pero la proxima vez piensatelo dos veces por te dare mas fuerte si vuelva a pasar. y yo me asuste y llore xq me dolia muchisimo y me abrazo nuevamente.
Me sente en el sofa cn él y vimos un poco la tele, el me cojio en brazos en el sofa y me miraba y me sonreia, pero ami se me caian las lagrimas, y de vez en cuando volvia a llorar x me dolian muchisimo y em me abrazo y me puso su mano en mi barriguita, tenia una mano muy bonita, era blankita no mucho, cn unas uñas perfectas y muy bonitas las manos pero muy pero k muy fuertes. Me kede dormida y el una manta sobre mi.

ahora tengo 20 años y aun recuerdo akello, creo k aun tengo la amrca y me duele solo de pensarlo, desde ese dia tuve mas cuidado cn mis formas de contestas y de no abisar. Ahora se como se sentia una guitarra sobre sus rodillas. espero k os aya gustado :)

tamara -

La historia en si no esta mal, es una trama senccilla y enganchadora..pero todo el mundo espera la esena del castigo y cunado llega las saltas... no das ningun detalee,...creo ke deberias mejorar eso ...no dar tantos detalles a lo ke no importa y mas a lo ke si

Chica_Mala -

Buen relato,si ustedes estan interesados en el tema spanking agregadme:la_morenita_93@hotmail.com, tengo 24 años

Maria -

Danielita se meresia una buena tunda y su mamá sin dudarlo se la dio,y si,no hay dudas que una bien dada es colita al aire,esa niña aprendió que aunque tenga 16,si se comporta como niña malintencionada,resivira su meresido,y creo que minutos antes de ver al abogado su madre le recordo todo lo que ABLARON en la semana,por eso no se podia sentar,ja ja,muy bueno.

Claudio -

Muy bueno el relato,creo que la conversacion fue con Daniela sobre las rodillas de su madre,quizas con la colita al aire,y le debe haber quedado bien roja pues no se podia ni sentar.

Ana K. Blanco -

Gracias Jordi, gracias Eduardo. Comentarios así nos animan a los autores a seguir escribiendo. Besos a los dos y gracias por el comentario...

eduardo -

Notable Karen, debes proseguir con el arte de la inmortal sección F/f así como los consuelos posteriores de la spanker a la spankee en sus nalguitas, besos muchos besos para ti

Jordi M. Novas -

Felicidades por el blog, más así hacen falta..

Anónimo -

HOLA SLIPPER!
Gracias por tu comentario, y tendré en cuenta tu sugerencia. Bueno, por lo menos tú lo has leído, y no solo eso, sino que además te ha gustado! ¿Qué más puedo pedir? jajajajaaaaa... Gracias! Un beso y escribiré algun otro relato F/f y será dedicado a tí! Hasta pronto...

slipper -

Gracias Karen,me encantan los relatos F/f,no estaria mal que en otro relato contaras como desarrolló la "conversación"entre madre e hija,bueno pues lo dicho espero que te prodigues en estos relatos F/f,un beso t hasta pronto.