La Doctoranda
m/f
Autor Fer
Jueves 14 de abril (curiosamente aniversario de la proclamación de la República Española)
Atención Magnífico Rector, Ilustrísimos Señores Catedráticos, Doctísimos Profesores, Venerables Catedráticos Eméritos: la candidata a doctoranda Señorita Licenciada Dª Mayte Riemens presenta su Proyecto de Investigación sobre:
"Visión Crítica de la Historiografía de los azotes eróticos en Meso-América de los Mixtecas a la Administración López Portillo"
(aplausos)
Aparece la brujita en toga (por debajo no lleva nada, por supuesto) muy formal frente a todos los graves catedráticos de la elite intelectual mexicana, entre todos suman cientos de años de diplomas, doctorados, condecoraciones de Yale a La Sorbone, de La Complutense a la UNAM, premios nacionales de Historia, algún discípulo del exilio intelectual español y el Colegio de México. Gracias a que los tiempos modernos han llegado al interior sacro de las Cátedras, también hay alguna augusta doctora, severas, con sus gafas de montura poderosa.
Todos ellos y ellas son spankers de una sociedad secreta...
Lo que acontece a continuación forma parte del ritual inicíatico en donde el más anciano de los doctos varones con un leve asentimiento de cabeza pone en marcha la liturgia.
Se cierran las pesadas puertas del Paraninfo Universitario, se apagan las luces con excepción de un potente reflector en el cenit de la sala que ilumina el centro. Silencio. Unos ujieres traen una especie de reclinatorio y un armario (del tiempo del Emperador Maximiliano) con ruedas. Lo instalan en el centro del hemiciclo, se encienden los reflectores y se apagan las luces...
Los ujieres que son los más antiguos, ya hombres con cabellos blancos, acompañan a la candidata a doctoranda al reclinatorio, la instalan doblada hacia adelante y con su trasero hacia arriba.
El Rector Magnífico baja ceremoniosamente hacia el centro de la luz, se acerca a la candidata a doctoranda, sube su toga dejándola expuesta e indefensa. El Rector contempla unos instantes sus nalgas, resplandecientes de luz, y da inicio a la ceremonia dándole unos fuertes azotes a mano.
Al cabo de unos 3 minutos de nalgueo, con un gesto se dirige al Cuerpo Docente y se inicia un lento desfile de Doctos Catedráticos y Doctas Catedráticas que nalguean a la candidata, de acuerdo al viejo ritual ya establecido en tiempos de la Colonia. Unos lo hacen a mano, otros recurren al armario en donde hay todo tipo de implementos, algunos muy valiosos por ser piezas históricas cedidas por el Patrimonio Nacional de la República Mexicana para esta ocasión. Fustas, canes cultivados en las tierras de la Facultad de Ciencias del Agro, paddles, cepillos, cinturones y muchos más instrumentos de disciplina.
La candidata de vez en cuando exhala una pequeña queja sorda, pero resiste de acuerdo al código de honor y aguanta su llanto ahogado por mil emociones, por fin va a poder ingresar en la Sociedad Secreta. Pese a la extraña situación, nuestra heroína ya comienza a saborear las verdaderas mieles académicas, por fin será una de ellos.
Finalmente, cuando el culete de la candidata luce el color del jitomate maduro, el Rector Magnífico pronuncia una frase en latín que abre su alocución y continúa en castellano diciendo "Por las Prebendas que me son concedidas declaro a la Licenciada Dª Mayte Riemens miembro de nuestra Sociedad Secreta y candidata apta"
Un aplauso cerrado (los aplausos de un par de docenas de spankers son equivalentes en decibelios a un público de 240 personas) corona el sencillo acto. Los hujieres untan de crema balsámica las coloradas nalgas de la nueva integrante de la Sociedad y le aplican paños tibios con árnica, la ayudan a recobrar la compostura y ésta pronuncia un emocionado discurso de agradecimiento. Nunca sabremos de qué recónditas emociones provienen las lágrimas que empañan los bellos ojos de nuestra nueva doctoranda...
Le son entregados el diploma y la banda de honor.
(aplausos y más aplausos)
Autor Fer
Jueves 14 de abril (curiosamente aniversario de la proclamación de la República Española)
Atención Magnífico Rector, Ilustrísimos Señores Catedráticos, Doctísimos Profesores, Venerables Catedráticos Eméritos: la candidata a doctoranda Señorita Licenciada Dª Mayte Riemens presenta su Proyecto de Investigación sobre:
"Visión Crítica de la Historiografía de los azotes eróticos en Meso-América de los Mixtecas a la Administración López Portillo"
(aplausos)
Aparece la brujita en toga (por debajo no lleva nada, por supuesto) muy formal frente a todos los graves catedráticos de la elite intelectual mexicana, entre todos suman cientos de años de diplomas, doctorados, condecoraciones de Yale a La Sorbone, de La Complutense a la UNAM, premios nacionales de Historia, algún discípulo del exilio intelectual español y el Colegio de México. Gracias a que los tiempos modernos han llegado al interior sacro de las Cátedras, también hay alguna augusta doctora, severas, con sus gafas de montura poderosa.
Todos ellos y ellas son spankers de una sociedad secreta...
Lo que acontece a continuación forma parte del ritual inicíatico en donde el más anciano de los doctos varones con un leve asentimiento de cabeza pone en marcha la liturgia.
Se cierran las pesadas puertas del Paraninfo Universitario, se apagan las luces con excepción de un potente reflector en el cenit de la sala que ilumina el centro. Silencio. Unos ujieres traen una especie de reclinatorio y un armario (del tiempo del Emperador Maximiliano) con ruedas. Lo instalan en el centro del hemiciclo, se encienden los reflectores y se apagan las luces...
Los ujieres que son los más antiguos, ya hombres con cabellos blancos, acompañan a la candidata a doctoranda al reclinatorio, la instalan doblada hacia adelante y con su trasero hacia arriba.
El Rector Magnífico baja ceremoniosamente hacia el centro de la luz, se acerca a la candidata a doctoranda, sube su toga dejándola expuesta e indefensa. El Rector contempla unos instantes sus nalgas, resplandecientes de luz, y da inicio a la ceremonia dándole unos fuertes azotes a mano.
Al cabo de unos 3 minutos de nalgueo, con un gesto se dirige al Cuerpo Docente y se inicia un lento desfile de Doctos Catedráticos y Doctas Catedráticas que nalguean a la candidata, de acuerdo al viejo ritual ya establecido en tiempos de la Colonia. Unos lo hacen a mano, otros recurren al armario en donde hay todo tipo de implementos, algunos muy valiosos por ser piezas históricas cedidas por el Patrimonio Nacional de la República Mexicana para esta ocasión. Fustas, canes cultivados en las tierras de la Facultad de Ciencias del Agro, paddles, cepillos, cinturones y muchos más instrumentos de disciplina.
La candidata de vez en cuando exhala una pequeña queja sorda, pero resiste de acuerdo al código de honor y aguanta su llanto ahogado por mil emociones, por fin va a poder ingresar en la Sociedad Secreta. Pese a la extraña situación, nuestra heroína ya comienza a saborear las verdaderas mieles académicas, por fin será una de ellos.
Finalmente, cuando el culete de la candidata luce el color del jitomate maduro, el Rector Magnífico pronuncia una frase en latín que abre su alocución y continúa en castellano diciendo "Por las Prebendas que me son concedidas declaro a la Licenciada Dª Mayte Riemens miembro de nuestra Sociedad Secreta y candidata apta"
Un aplauso cerrado (los aplausos de un par de docenas de spankers son equivalentes en decibelios a un público de 240 personas) corona el sencillo acto. Los hujieres untan de crema balsámica las coloradas nalgas de la nueva integrante de la Sociedad y le aplican paños tibios con árnica, la ayudan a recobrar la compostura y ésta pronuncia un emocionado discurso de agradecimiento. Nunca sabremos de qué recónditas emociones provienen las lágrimas que empañan los bellos ojos de nuestra nueva doctoranda...
Le son entregados el diploma y la banda de honor.
(aplausos y más aplausos)
1 comentario
Morgana -