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Relatos de azotes

La Fiesta

La Fiesta

Autor: Patty

Como cada día abrió la puerta de la casa tras un intenso día de trabajo, dejó sus zapatos en el terracita y se puso sus cómodas zapatillas. Todo permanecía en silencio, signo inequívoco de que su novia no estaba en casa. Su mente rápidamente se dio cuenta de que había quedado con sus amigas para irse de juerga por todo el barrio, ya que estaban en fiestas. No tenía muchas ocasiones de divertirse con ellas, pues cuando no era una, era la otra la que siempre tenía un compromiso con el novio o con la familia, así que habían decidido que ese día ninguna tendría más planes que salir todas juntas y pasarlo en grande. Como sabía que tardaría en volver se dispuso a cenar tranquilamente frente al televisor y relajarse con una cerveza fresquita mientras la esperaba, aunque sabía que lo haría medio dormido en el sofá, aunque eso no le importaba en demasía. Encendió la televisión, abrió su cerveza y comenzó a cenar al mismo tiempo que se ponía una película, distraído pensó que la espera se le haría más corta.

 

Cuando abrió los ojos se dio cuenta de que se había dormido, miró el reloj y eran las dos y media de la mañana, por descontado que la película ya había terminado, se levantó y miró en el dormitorio, su novia no había llegado aún, de modo que volvió a su sofá en el salón y comenzó a jugar con los mandos cambiando de canal una y otra vez en busca de algo que le llamara la atención. Al final decidió dejar el canal local donde estaban hablando de las fiestas de la ciudad, de cómo la juventud se lo pasaba en grande, y de los ya consabidos desfases de algunos con la bebida, y justo en ese punto su mirada se quedó clavada en la pantalla, mientras una reportera hacia una entrevista, o más bien intentaba hacer una entrevista a unas jóvenes que estaban sentadas en la acera apoyadas sobre la pared casi sin poder articular palabra, lo único que podían hacer era reírse sin más, debido a la gran borrachera que llevaban. Al terminar el espectáculo que estaban dando las tres amigas, la reportera se volvió para dirigirse hacia el espectador que en ese momento estuviese viendo la televisión para en un tono sarcástico y graciosillo hacer un chiste de la escena que acababan de ver y seguro que todo el mundo se reiría con ganas pues la verdad es que la escena era graciosa, claro está para todos menos para ciertas personas, como madres de las chiquillas, novios de las mismas, etc., debió ser ese el motivo por lo que ni una solo sonrisa salió de su cara cuando vio a su novia en tal estado de embriaguez en la televisión.

 

Miró la hora del video y se dio cuenta que había puesto el final de la película a grabar y utilizando el canal del video para cambiar de canal lo que acababa de ver había quedado grabado en la cinta de video, rápidamente como acto reflejo lo apagó y miró la hora, eran las tres de la mañana. Cogió el móvil y llamo a su novia para ver cómo estaba e ir a buscarla si lo necesitaba pero no recibió respuesta ninguna, el móvil debía estar apagado o fuera de cobertura. Sin poder hacer nada y un poco preocupado se quedó allí esperando sin poder hacer nada, las horas fueron pasando hasta que la puerta después de cuatro horas se abrió para que su novia hiciera acto de presencia tranquilamente como si nada hubiese pasado.

 

Amor, ¿qué haces ahí en el sofá?, no me digas que me estás esperando aún, tienes que tener el cuello destrozado.

 

¿Cómo estás? Es la única frase que salió de sus labios, era lo único que quería saber.

 

Bien, como quieres que este, un poco cansada después de un noche de fiestas, pero tranquilo nada que una buena cabezadita en la cama no solucione. Pensaba que no resistiríamos tanto, pero bueno ya sabes al final decidimos tomarnos los churros juntas.

 

Entonces te lo has pasado bien, espero que no te hayas desmadrado mucho esta noche (él esperaba una confesión, tampoco pasaba nada porque se hubiese emborrachado, aunque que la viera todo la ciudad en la televisión no iba a ser agrado ni para él ni para sus padres)

 

Anda tonto, que cosas tienes, si sabes que no bebo alcohol, hemos estado bailando y pasándonoslo bien en la feria con la banda que tocaba, hasta que se ha terminado y luego un chocolate y para casa. Venga vamos a dormir.

 

Sabes que no tienes por qué mentirme bombón, no pasa nada por lo que has hecho, aunque no les gustará a tus padres cuando lo vean.

 

Ella se quedó mirando a su chico como no sabiendo a que se refería, aunque sabía perfectamente que lo que acababa de decir era una mentira bastante gorda que no se asemejaba en nada a la realidad de lo que había pasado esa noche con sus amigas. Él la miró y giró la vista hacía el televisor dando al play del video, la imagen de ella apareció en la pantalla, reflejando el estado en el que se encontraba en el momento en el que la estaban intentando entrevistar junto con sus amigas y evidentemente era un intento porque ellas no podían articular palabra alguna. Su cara se puso roja como un tomate de vergüenza, la acababan de pillar in fraganti en una mentira de chiquilla, y no sabía ni donde esconderse, era como si deseara que la tierra se la tragase.

 

En ese estado no creo que hayas dado muchos pasos de baile seguidos, además por las imágenes creo que eso no está ni por asomo cerca de la feria, por lo menos donde la banda toca, y ese estado de embriaguez no es ni mucho menos en el que estás ahora totalmente despejada. Así que… ¿Por qué no lo intentas otra vez y me cuentas lo que ha pasado?

 

Lo que te imaginas cari, que como no bebemos nunca y esta noche lo hemos hecho nos hemos pillado un ciegazo que no veas, supongo que cuando nos grabaron serían las dos de la mañana, porque a las dos y media el hermano de mi amiga nos recogió y nos llevó a casa, he estado allí durmiendo un poco hasta que me he encontrado mejor para volver a casa. En definitiva una noche buena y mala a la vez. Así de simple. Perdona que no te lo contase pero me daba tanta vergüenza… y más ahora después de verme en la tele.

 

Espero que eso no lo repitan mañana, sino tu madre seguro que lo verá y no creo que le guste, aunque ya seas mayor para poder hacer lo que quieras, lo que no entiendo es porque me mentiste, el otro día me montaste un pollo por algo mucho menos.

 

Lo sé y perdona no volverá a pasar, sabes que yo no soy así. Ahora lo único que quiero es darme una ducha e irme a la habitación a dormir un rato, ok? Perdona.

 

Si cariño, date una ducha y luego te vuelves de inmediato para acá, que pienso castigarte, te voy a dar unos azotes para que aprendas.

 

Las miradas de ambos se entrecruzaron. La verdad es que presentía que se lo iba a decir, primero porque se lo merecía por comportarse como una niña al emborracharse así sabiendo que no aguantaría la tasa de alcohol al no estar acostumbrada y luego por intentar encubrir todo lo que pasó.

 

Creo que no necesitas  que te diga por qué ¿verdad, cariño? Emborracharte como una colegiala, mentir para encubrir tu niñería y luego el espectáculo televisivo. Si vivieras en casa estoy seguro de que tu madre no dudaría en quitarse la zapatilla y darte una buena azotaina con ella en el culo y como ya no vives allí y no creo que lo haga, de ahora en adelante cada vez que te portes mal, voy a ser yo el que te la dé. Así que aquí te espero.

 

La chica se dio la vuelta y se dirigió al baño para ducharse, mientras se desnudaba frente al espejo pensaba en lo que le dirían sus padres cuando viese las imágenes, incluso aun no viviendo ya con sus padres, ellos le pedirían explicaciones por ese comportamiento. Se miró frente al espejo justo después de salir bajo el agua de la ducha, contempló su espléndido trasero y el color del mismo, aquel que estaba predestinado desde hacía un rato a cambiar de color en unos pocos minutos después. Se secó, se puso su pijama, salió del baño hacia el salón dónde estaba su novio. Para su sorpresa, en la mesa del salón había además un cepillo de pelo de madera, instrumento que anteriormente no estaba allí puesto, por lo que dedujo que su novio lo había traído y no precisamente para peinarla…

 

Ha llegado el momento cielo, espero que pienses en todo como tú me dices a mí cuando me regañas, mientras te doy lo que te has ganado esta noche a pulso. Bájate el pantalón del pijama y ponte sobre mis rodillas y no quiero verte esquivar ni uno solo de los azotes que te voy a dar, ni que te estés cubriendo con la manita todo el tiempo, o al final me quitaré el cinto y te daré unos buenos latigazos en tu ya maltrecho culo.

 

Pero amor…!! Ya te he dicho que lo siento, anda, perdóname…. Con el hecho de ya haberme visto en video, ya ha sido suficiente castigo, de verdad. Te prometo que esto no va a volver a suceder nunca más. Por fiiiiiiiiiiiiiii.

 

Cada segundo que tardes en obedecer, será peor para ti.

 

Que noooooooo, anda cari, perdóname. Además, es súper tarde ya y me muero de sueño. Prometo compensarte mañana.

 

Muy bien, señorita, que sepas que al castigo que pensaba darte, le aumento 30 azotes más. ¿Vas a seguir perdiendo el tiempo?

 

Mira que sepas que eres un gilipollas, eres muy exagerado. Esto es una estupidez, para todo lo que estás montando a estas horas. Me voy a la cama, buenas noches.

 

 

La chica se dio media vuelta dispuesta irse a su habitación, pero el novio la frenó en seco y la cogió por la muñeca. Se sentó en el sofá y bruscamente la tumbó boca abajo sobre sus rodillas. No pasó ni un solo segundo cuando su trasero comenzó a notar los primeros azotes, eran con la mano los podía notar, rápidos, enérgicos, alternándose entre sus dos nalgas, su novio no hacia ningún comentario. Llevaría como unos veinte azotes y su trasero ya comenzaba a sentirse calentito. En ese momento, de un tirón, le bajó el pantalón del pijama y las braguitas y le empezó a dar unos azotes mucho más fuertes que antes. Le propinó casi cien azotes y el culo ya le ardía a la chica. Al novio también le empezaba a doler ya la mano, así que hizo un pequeño descanso. Ahora comenzaría el turno del cepillo.

 

Cuando el primer azote del cepillo cayó sobre su trasero dio un pequeño alarido, le había dolido, había sentido el picor que le producía pero no tuvo tiempo de pensar cuando sintió el segundo en el lado opuesto al recibido el primero y así fueron cayendo uno tras otro sobre su culo. El color del mismo había cambiado totalmente de aquel que la chica había visto al reflejo del espejo, ahora era de un rojo intenso y no paraba de mover el culo de un lado a otro intentando lo inevitable, escapar una y otra vez a los azotes con el cepillo, que estaban cayendo irremediablemente sobre su trasero, sobre ese trasero tan espléndido que tenía como su novio se lo describía miles de veces cuando se lo veía al cambiarse de ropa. Ella lloraba desconsolada pero el cepillo volvía a caer una y otra vez, el picor que llegó a sentir por todo su culo ahora era acompañado por un ardor constante del mismo, como si saliesen llamas de él y un dolor intenso por la cantidad de ellos ya recibidos. Fueron alrededor de unos sesenta o setenta cepillazos los que se había llevado y esperaba que el cinturón no fuese parte de su castigo, a pesar de haber estado intentando esquivar el cepillo en innumerables ocasiones.

 

El castigo se acabó. Por fin terminaron los azotes y en la misma postura en la que estaban, ella tumbada encima de las rodillas de él, el chico le terminó de quitar las bragas y el pantalón del pijama y le abrió las piernas  y notó como descendía una abundante lubricación proveniente de la vagina de su novia.

 

De repente, el chico tuvo una erección y desde esa postura le metió 3 dedos en la vagina y empezó a penetrarla con los dedos y a acariciarle el clítoris. Ella se estaba empezando a estremecer de placer. Por lo que la levantó de sus rodillas y ambos se besaron y se abrazaron. Uno le empezó a quitar la ropa al otro y se quedaron completamente desnudos y se fueron a la habitación de ambos. La chica se puso de rodillas y le empezó a chupar la polla a su novio. Este se sentó en un puff rojo que había en la habitación y le cogió de la cabeza a la chica para que chupara más profundamente. Con una mano ella le cogía y apretaba los testículos y con la otra mientras se la chupaba a su novio le iba masturbando. El chico se estremecía de placer, ya que los movimientos cada vez eran más rápidos y además mientras su novia se la chupaba, él le acariciaba los pechos. A continuación levantó a su chica del suelo y la llevo hasta la cama dónde le empezó a chuparle el clítoris y a meterle los tres dedos rápidamente en la vagina que para entonces ya estaba muy húmeda y lubricada.

 

Él le dio media vuelta a ella y la puso agachada en el filo de la cama y la empezó a penetrar de pie mientras ella se apoyaba en la cama. Después la tiró contra la cama y la siguió penetrando violentamente desde atrás en la postura del perrito mientras la cogía del pelo, del pecho o le daba algunos azotes para aumentar la intensidad de la penetración.

 

Los dos estaban muy calientes y muy excitados y la chica le dijo que en breve iría a correrse, por lo que él la volteó y en la postura del misionero le estuvo metiendo la polla hasta el fondo hasta que ella suplicó que parara porque tenía que meterse los dedos en el clítoris… iba a correrse. Y así lo hizo, empezó a gritar de placer mientras con las uñas de la mano que le quedaba libre se las hincaba a su hombre en el trasero del orgasmo tan placentero e intenso que estaba teniendo. Tras ver esta escena, fue lo que al novio le faltaba para correrse, por lo que rápidamente sacó la polla mojada de la lubricación de la vagina de su novia y le cogió la cabeza a la chica para que terminara de chupársela… a los pocos segundos se corrió en la boca de su novia. El semen se deslizó por los labios, ojos, garganta, tetas… mientras que la chica después de la corrida de su chico, empezó a lamerle la polla hasta que no quedó semen.

 

Ambos se dieron una ducha juntitos y cuando se secaron ella fue a la cama. Él la siguió con un bote de crema hidratante. Ambos se tumbaron en la cama, la chica bocabajo por supuesto, ya que aún le dolía bastante los azotes que le había dado su novio y este le untó un poco de crema en el culo hasta que ella se quedó dormida por dolor, el cansancio y el placer que había sentido tan intensos. Él la besó, le dijo que la amaba y ella medio dormida le correspondió el beso y también le dijo “te amo”. Él aprovechó para recordarle que a partir de ese momento no dudaría en usar el cepillo en su trasero cada vez que fuera irresponsable o se portara mal.

 

FIN

4 comentarios

Fernando -

Me encanta a mi me gustaría q una chica me azotara en el culo

Fer -

Tenemos aquí un excelente relato, en un español muy actual y muy dinámico en el cual Patty logra que nos introduzcamos rápidamente. Además la protagonista recibe un castigo más que justificado ya que una falta amplificada por la difusión de un medio de comunicación como la tele local, es aún más grave. Lo bueno es que después de los severos e inflexibles azotes viene una maravillosa y nada contenida sesión de sexo. Esperemos que Patty nos siga sorprendiendo tan gratamente con nuevos relatos.

El hombre q todo lo ve -

Muy bueno el relato, lástima que el castigo no fuera más severo aún, el motivo lo merecía, quizá caigan más azotes dependiendo de si hay repetición en la tele local o no, y... todos sabemos q las teles locales repiten siempre los programas...

Victor -

Muy intersante, spanking y sexo, no esta mal para ser tu primera historia de spanking.